sábado, 27 de abril de 2013

1º de Mayo

1º de Mayo


Manifestación del sindicalismo de base y alternativo: 11:30h, plaza Beata María de Jesús (<Metro> Legazpi) - Atocha.




UNIDAD, SÍ ¡PERO PARA LUCHAR!

viernes, 26 de abril de 2013

Acción en el Banco de España - Todo el poder y la riqueza para el pueblo






Como el paso hacia el Congreso está blindado por las fuerzas represoras del Estado, y hoy era la sesión en que debían anunciarse más reformas y planes de ajuste estructural y presupuestario para poder hacer frente al pago de esa deuda que la clase dominante se ha antojado en hacernos pagar a las y los trabajadores, este mediodía una pequeña representación de Unidad Popular de Clase se ha dirigido al Banco de España a reivindicar, desde la unidad de la clase trabajadora, toda la riqueza y el poder para el pueblo.
***
Una serie de colectivos de barrios y pueblos se han reunido para iniciar la construcción de un movimiento político en Madrid. EL objetivo es que este sirva para responder a la necesidad más urgente del movimiento obrero y popular: la existencia de un referente político capaz de fortalecer las luchas locales y sectoriales y de realizar una alternativa de ruptura con el régimen de la Transición y con el sistema capitalista. Este es un proceso en construcción, abierto y participativo.



TODO EL PODER Y LA RIQUEZA PARA EL 
PUEBLO


El Gobierno anuncia hoy nuevas medidas “para recortar el déficit”. Nuevas medidas que son un paso más hacia la destrucción, hacia el abismo. Nuevos recortes en las pensiones, en las prestaciones por desempleo y otras que vienen a sumarse al paro masivo y a la pobreza que se extiende como una plaga por barrios y pueblos.
Es una agonía lenta en la que la clase obrera y sectores populares vamos cayendo en una guerra sorda que nos destruye fuera de los focos y de los micrófonos. Es la dramática ausencia de porvenir de una juventud sin trabajo, a la que se niega la posibilidad de estudiar y a la que se reprime brutalmente si tiene la dignidad de luchar. Es la losa que aplasta a las mujeres trabajadoras, principales protagonistas del empleo precario y sobre las que cae todo el peso de los cuidados por la destrucción de los servicios públicos. Es la vergüenza de la superexplotación de la clase obrera inmigrante a la que se niega cualquier derecho. Es la voladura sistemática de todo espacio de humanidad y solidaridad  que la lucha de la clase trabajadora fue arrancando de la burguesía.
El desastre que vive el pueblo griego no es una excepción. Es el futuro que nos están cocinando la banca y las multinacionales, de aquí y de fuera, y que nos imponen los partidos institucionales. El guión es siempre el mismo:  la dictadura férrea de la UE, el BCE y el FMI aceptada vergonzante y sumisamente por el Gobierno, antes del PSOE y ahora del PP. IU no se atreve a romper las reglas de un juego criminal que lleva a los pueblos a un desastre más que seguro y ante el que no tiene más horizonte que intentar gobernar con un PSOE que desde la Transición viene aplicando, a veces incluso con más eficacia que el PP, el programa del capital.
Ante el oportunismo de ciertos sectores institucionales conviene que tengamos siempre presente que no importa el partido que gobierne, sino la clase social que tenga el poder. Así, el Estado no es simplemente un espectador o mero papel mojado y cada vez queda más claro que nunca ha perdido su esencia: la de ser la herramienta de opresión política de una clase sobre otra.
La reforma constitucional de agosto de 2011, todos los ataques a los derechos sociolaborales y la liquidación de los servicios públicos para privatizarlos mejor, forman parte de la ejecución con disciplina prusiana de las tablas de la ley del capitalismo. En otros países son los “Memorándums” del rescate, en el Estado español se aplican las mismas medidas para que no nos rescaten. Somos un Estado intervenido, sin el menor resquicio de soberanía.
Frente a la minoría de poderosos corruptos y criminales hay una clase trabajadora y un pueblo que ensaya formas de resistencia y de lucha intentando responder a los diferentes ataques con diversos movimientos, muy débiles organizativamente – y por tanto fácilmente manipulables – y muy dispersos.
Es necesario que el pueblo explotado y sojuzgado dé un puñetazo en la mesadiga !Basta ya! y se organice en torno a un programa político, desde la base, desde los barrios y pueblos, desde los lugares de trabajo y estudio. Es preciso que la clase trabajadora y el pueblo tomen en sus manos las riendas de un caballo desbocado que camina hacia su destrucción y, más temprano que tarde, desaloje a criminales y ladrones para construir sensata y razonablemente un futuro en el que toda la riqueza esté al servicio del pueblo.
Hay que construir la Unidad sabiendo lo que se quiere. La unidad sin ideas claras no sirve para nada o puede abrir el camino a “salvadores de la patria” que nos lleven a donde no queremos ir. El pilar de ese programa debe ser una doble ruptura: con el régimen de la Transición y con el sistema capitalista. Sus objetivos centrales deben ser:
  • No pagar la deuda, ni los intereses. Luchar contra a las políticas del FMI, el BCE y la UE y cuestionar nuestra pertenencia al euro y a la UE.
  • Ni OTAN, ni Bases, ni gastos militares.
  • Expropiación y propiedad pública de la riqueza, de los servicios públicos y de los recursos naturales. Planificación democrática de la economía.
  • Plena igualdad de las mujeres.
  • Derrocar al régimen monárquico de la Transición. Depuración democrática de los aparatos del Estado y derogación de las leyes represoras. Derecho de Autodeterminación de los Pueblos.

-Unidad Popular de Clase

miércoles, 24 de abril de 2013

Hace falta un movimiento unitario de izquierdas anticapitalista.


Unidad Popular de Clase  

-UPK-


  unidadpopulark@gmail.com



Hace falta un movimiento unitario de izquierdas anticapitalista.



¿A qué nos enfrentamos?



Cada vez está más claro lo que nos espera: una agonía lenta durante la cual van a arrancarnos todo lo que puedan transformar en beneficios privados. A no ser que lo impidamos.

La crisis general del capitalismo es la gran coartada para ejecutar lo que llevan preparando desde hace mucho tiempo.

La precariedad laboral que se extiende desde hace décadas permite despidos masivos. Reforma tras reforma laboral han ido debilitando el poder colectivo del pueblo trabajador, reduciéndonos a semi-esclavxs, sobre todo a la juventud, obligada a trabajar por lo que sea.

Las arcas de la Seguridad Social se vacían porque cada vez cotizan menos los empresarios y se gastan comprando deuda. Cada vez queda menos para prestaciones sociales y pensiones.

Las leyes de educación (PSOE 1985), de sanidad (15/97 PP-PSOE) o la Ley de Liberalización del Sector Ferroviario (aprobada por el PP en 2003 y que pone en vigor el PSOE en 2005) legalizaron el saqueo de lo público para financiar lo privado y que ahora se realiza a manos llenas.



La alternancia política PSOE – PP desde la Transición ha ejecutado el programa del gran capital, nacional y extranjero, a cambio de las correspondientes “mordidas” para agradecer los servicios prestados desde los gobiernos.

Nos enfrentamos también a una represión dura, especialmente sobre la juventud, que es la única respuesta que tiene un sistema que ha perdido cualquier resto de legitimidad.

Pero sobre todo, sabemos que no es razonable esperar que las cosas vayan mejor para nosotrxs. Tanto si no hay salida, como si la salida la dirigen ellos, a nosotrxs nos espera lo mismo que a Grecia: explotación salvaje y liquidación de derechos y servicios públicos.


¿Quiénes son “ellos” y quiénes somos “nosotrxs”?

Cuando se enfrenta una guerra, y esta es una monumental guerra social, es muy importante saber contra quién luchamos. Quiénes somos, y quienes son ellos.


Ellos son: los grandes banqueros y empresarios, los que se apropiaron – vía privatizaciones – de empresas y servicios públicos, los gobiernos de todo color político que lo propiciaron con los beneficios correspondientes, quienes se llevan los capitales a paraísos fiscales, los de las SICAV, quienes atacan a los pueblos para llevarse sus recursos, la iglesia católica, la monarquía, los criminales de la “troika” (FMI, BCE y UE) y la OTAN su brazo armado. En definitiva, el capitalismo.


Y ese amplísimo y mayoritario nosotrxs somos: las seis millones de personas paradas; la juventud, a la que se niega el trabajo y el estudio, que se ve obligada a emigrar , a la que se pretende expropiar lo más grande que tienen - el futuro - y que no está dispuesta a consentirlo; las trabajadoras y los trabajadores de aquí o inmigrantes que todos los días hacemos que la vida continúe en las fábricas, en los transportes, la educación y la sanidad públicas, las mujeres trabajadoras que construimos el milagro diario de hacer que todo marche, las personas pensionistas que malviven después de haber pagado la seguridad social toda la vida, las personas dependientes a quienes se niega los servicios sociales... Y, sobre todo, somos quienes nos disponemos a impedir que la banda de criminales que son “ellos” nos aplaste, y aplaste a las generaciones venideras.


Los límites y las debilidades de los movimientos sociales y sectoriales


El pueblo de Madrid, la gente de los pueblos y de los barrios populares está respondiendo masivamente a las diferentes convocatorias de manifestación que se van realizando. También responde con dignidad, solidaridad y valentía a la dura represión que cae con fuerza sobre quienes luchan y sobre todo sobre la juventud.


La organización, sin embargo, no ha avanzado mucho, y la dispersión es la nota dominante.


La falta de coordinación afecta a la eficacia de las luchas porque no coinciden en el tiempo y porque no hay suficiente respuesta organizada que apunte a las causas comunes de los diferentes problemas. Además, la poca que hay - “la cumbre social” dirigida por las burocracias de CC.OO y UGT- responde al objetivo de evitar que la movilización apunte a la raíz de los problemas y clama por una imposible vuelta del “Estado del bienestar”, cuando lo que pretende es que vuelva a gobernar pronto el PSOE.


Lo más negativo es el sentimiento de impotencia que se va extendiendo y que es muy común tras cada gran manifestación: somos muchas personas en la calle pero no conseguimos hacer nada eficaz. También es llamativo que la gente que se moviliza no es la que sufre más. Hasta ahora el sistema ha conseguido que el sufrimiento ocasionado por el paro, los desahucios y la desesperación por la falta de recursos se viva de forma individualizada – el aumento de los suicidios es su expresión más dramática – , utilizando el miedo como arma para impedir que la rabia se organice.


Hace falta un movimiento político unitario de izquierdas


Cada vez es más urgente y cada vez más gente habla de la necesidad de organizarse políticamente para tumbarles a “ellos” y darle el poder al pueblo. Para hacerlo hay que prepararse, hay que organizarse, hay que saber qué es lo que se quiere. La unidad sin ideas claras no sirve para nada o puede abrir el camino a “salvadores de la patria” que nos lleven a donde no queremos ir.


Los objetivos explicitados en el Decálogo pueden resumirse en:


No al pago de la deuda, ni de los intereses. Lucha contra a las políticas del FMI, el BCE y la UE y cuestionamiento de nuestra pertenencia al euro y a la UE.


 Derrocar al régimen monárquico de la Transición. Depuración democrática de los aparatos del Estado y derogación de las leyes represoras. Derecho de Autodeterminación de los Pueblos.


 Expropiación y propiedad pública de la riqueza, de los servicios públicos y de los recursos naturales. Planificación democrática de la economía.


 Plena igualdad de las mujeres.


 Ni OTAN, ni Bases, ni gastos militares.




¿Cómo debe organizarse este movimiento?

El movimiento político debe servir al objetivo de primordial de plantear unos objetivos políticos claros a los movimientos sociales y sectorial y, lo que es más importante, la voluntad de construir un instrumento político capaz de llevar esos objetivos a la práctica.


El movimiento político debe tener bien claro que “ellos”, el capital, la burguesía no se va a dejar expropiar tranquilamente y que, como nos va la vida en ello – porque se trata de ellos o nosotrxs – tenemos construir el poder popular capaz de hacer valer las razones y las necesidades de la gran mayoría de la población: la clase obrera y sectores populares. La construcción de poder popular es el gran objetivo.


La base de la organización, su esencia, deben ser las asambleas de pueblo, de barrio, de lugar de estudio, de trabajo, ..etc. Su funcionamiento debe ser radicalmente democrático y asegurar en todo momento la revocabilidad de lxs representantes.


Las asambleas se coordinarán comarcalmente, cuando así lo decidan, y a nivel de la región de Madrid. Así mismo se buscará el entendimiento con organizaciones afines en otros territorios del Estado.



Unidad Popular de Clase   

UPK  


Abril de 2013